Autoconsumo compartido

El autoconsumo compartido es una modalidad en la que varios usuarios, como comunidades de vecinos, empresas, o incluso distintas viviendas dentro de un mismo edificio o complejo, pueden compartir una misma instalación de energía fotovoltaica renovable. En lugar de que cada usuario tenga su propio sistema independiente, se utiliza una única instalación centralizada que genera electricidad, y esa energía se distribuye entre los usuarios según lo acordado.

Ventajas del autoconsumo compartido:

1. Reducción de costes energéticos:

   El autoconsumo compartido permite que los participantes se beneficien de un suministro de energía renovable a un precio más bajo que el que pagarían por la electricidad de la red. Al compartir los costes de la instalación y el mantenimiento de los paneles solares, cada usuario puede reducir considerablemente su factura de electricidad sin necesidad de acometer una gran inversión.

     2. Accesibilidad a energías renovables:

   Esta modalidad es especialmente beneficiosa para aquellos que no tienen espacio suficiente para instalar paneles solares por su cuenta (por ejemplo, en viviendas de alquiler o edificios de varias plantas). Al compartir la instalación, se pueden beneficiar de energía renovable sin necesidad de tener un espacio propio para colocar los paneles. Por ejemplo en los polígonos industriales, se puede realizar la instalación en la cubierta de una mepresa que no demande mucha energía y se pueden beneficiar las empresas de alrededor que sí tengan una alta demanda energética o que no puedan instalar en sus cubiertas (por ejemplo porque sean de amianto o fibrocemento).

     3. Sostenibilidad y reducción de huella de carbono:

   El autoconsumo compartido fomenta el uso de energías limpias, lo que contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y a la lucha contra el cambio climático. Cada usuario que participe en el sistema está directa o indirectamente contribuyendo a la sostenibilidad medioambiental.

     4. Eficiencia energética:

   Al optimizar la instalación para varios usuarios, los sistemas de autoconsumo compartido suelen ser más eficientes que los sistemas individuales. Esto se debe a que la instalación se dimensiona para cubrir la demanda global del grupo, maximizando el aprovechamiento de la energía solar generada y minimizando así los excedentes vertidos a la red.

     6. Autonomía energética:

   Aunque no se logre un autoconsumo 100% autónomo (dependiendo de la capacidad de la instalación y el consumo total), el autoconsumo compartido permite a los usuarios depender menos de las fluctuaciones de los precios de la electricidad del mercado y de los cortes de energía de la red. Se aumenta la resiliencia energética.

     7. Incentivos y subvenciones:

   En muchos países, los proyectos de autoconsumo compartido pueden beneficiarse de incentivos y subvenciones para fomentar el uso de energías renovables. Esto reduce los costes iniciales de la instalación.

     8. Fomento de la cohesión social:

   El autoconsumo compartido puede fortalecer la relación entre vecinos o comunidades, promoviendo la colaboración y el trabajo conjunto. Los usuarios comparten un interés común, que es aprovechar la energía solar de manera económica y sostenible. Por ejemplo, algunos ayuntamientos han promovido en sus instalaciones municipales autoconsumo compartidos con las viviendas de aquellos vecinos más necesitados o de rentas más bajas, ofreciéndoles la posibilidad de comprar la energía a un precio mucho más reducido que el existente en el mercado.

¿Quién se puede beneficiar del autoconsumo compartido?

Comunidades de vecinos:

   Las comunidades de propietarios en edificios de viviendas pueden beneficiarse enormemente del autoconsumo compartido. En estos casos, se puede instalar un sistema centralizado en el tejado o en zonas comunes del edificio, y la energía generada se reparte entre los vecinos.

Agrupaciones de empresas/comercios

   Empresas que comparten espacio en un mismo edificio o complejo industrial o comercial pueden unirse para implementar sistemas de autoconsumo compartido. Esto les permite reducir sus costes energéticos y ser más competitivos, al tiempo que fomentan su imagen sostenible.

Áreas rurales o dispersas:

   En zonas rurales o en lugares donde la infraestructura energética es limitada o costosa, el autoconsumo compartido ofrece una solución eficiente. Varias viviendas o pequeñas comunidades pueden unirse para instalar un sistema solar común, lo que les permite aprovechar la energía solar de manera más económica.

Inquilinos de viviendas:

   Los inquilinos, que normalmente no tienen la posibilidad de instalar paneles solares en sus viviendas, pueden beneficiarse del autoconsumo compartido si su comunidad o edificio participa en el sistema. Esto les permite acceder a los beneficios de la energía renovable sin necesidad de ser propietarios del inmueble.

Cooperativas de energía:

   Las cooperativas de energía, que agrupan a ciudadanos interesados en la transición energética, pueden establecer proyectos de autoconsumo compartido para sus miembros. Esto permite a los participantes generar y consumir energía de manera colectiva, aumentando el impacto social y ambiental de sus proyectos.

Zonas urbanas y periurbanas:

   En áreas densamente pobladas o en zonas donde no es viable que cada usuario instale su propio sistema de energía renovable (por ejemplo, en bloques de apartamentos sin espacio para paneles solares), el autoconsumo compartido proporciona una forma viable de acceder a la energía solar.

Polígonos Industriales

   En polígonos industriales o zonas donde convivan empresas con grandes cubiertas y poca demanda energética junto con empresas con pequeñas cubiertas o cubierta que no admitan instalaciones fotovoltaicas (por ejemplo amianto) y altas demandas energéticas, el autoconsumo compartido ofrece ventajas para todos.

Aspectos a tener en cuenta:

• Distribución y compensación de la energía: es fundamental que los acuerdos sobre cómo distribuir la electricidad generada sean claros. Normalmente, la energía se distribuye en función del consumo de cada usuario o de la participación en el proyecto.
• Regulación y normativas: el autoconsumo compartido está regulado por normativas específicas que varían de un país a otro. Es importante asegurarse de que el proyecto cumple con la legislación vigente y de que todos los participantes están debidamente registrados.
• Mantenimiento y gestión: al ser una instalación compartida, la gestión y el mantenimiento del sistema deben ser adecuados para garantizar su funcionamiento óptimo. Normalmente, esto implica acuerdos claros sobre quién se encarga de la operación y mantenimiento de los paneles solares.

En resumen, el autoconsumo compartido es una opción muy beneficiosa tanto económica como ambientalmente, especialmente para aquellos que no tienen espacio o recursos para instalar sistemas de energía renovable por su cuenta. Las comunidades, empresas, cooperativas y particulares pueden aprovechar esta modalidad para reducir sus costes energéticos, ser más sostenibles y acceder a la energía renovable de manera colectiva. Consúltanos sobre las modalidades de autoconsumo compartido que te podemos ofrecer.